Mención especial para mi hermana Lucy y mi amigo Fernando, sin dejarme atrás a Diego y Cris que con tanto cariño y confianza me han acogido en su guardia cimmeria, a mi amiga Xantra porque sin sus enseñanzas no sería ni la mitad de buen cuentacuentos de lo que soy, a Meryt e Iromi mis fieles correctoras, a mis amigos de la Frion (especialmente a Emerson) y a mi amigo Fernando por soportarme cada día.
Sin embargo también me gustaría pedir disculpas (que no perdón) a todas las personas con las que he sido borde o seco sin merecerlo y de las que me he alejado este año, quizás no ha sido lo más correcto, pero sin duda sí lo que necesitaba.
La gran lección de este año ha sido descubrir mi propio valor como persona. A lo largo de todos estos años he ayudado a mucha gente porque me sentía moralmente obligado a hacerlo, pero sin darle valor a lo que hacía, cuando dos veces la persona a la que le había dado mi corazón lo tiró en la basura decidí que no mendigaría nunca más el cariño ni el amor de nadie, así que bueno, si esta persona lee este artículo... gracias, lección aprendida, sin rencores diría que ojalá la hubiera aprendido antes, pero el aprendizaje siempre llega cuando debe llegar ni antes ni después.
Esto me recordó una frase que el personaje de Albus Dumbledore dice al final de la historia, cuando Harry se lo encuentra en la frontera del más allá que viene a significar que la ayuda no solo hay que necesitarla sino que hay que merecerla. Este pensamiento me hubiera hecho sentir horriblemente egoísta en su momento pero finalmente he aprendido que no es cuestión de egoísmo sino de amor propio.
Gracias 3893/2020 Adiós, gracias y no hace falta que vuelvas, escribe si acaso... Pero no vuelvas
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Hola 3894/2021 Por ahora te recibo con los brazos abiertos, espero que no seas ni de lejos como tu predecesor y la energía de este eclipse que te anuncia sirva para dejar atrás en las brumas de la memoria un año tan aciago.
Al igual que en todo eclipse "de la oscuridad a la luz", ojalá este año nos devuelva un poco de la cordura perdida y despertar de esta pesadilla, ojalá podamos al menos recuperar parte de lo perdido, pero para ello habrá que tomar algunas decisiones que han esperado demasiado para tomarse, sea lo que sea, cada año es en sí la posibilidad de un mundo nuevo, al final la decisión está en nosotros ¿qué mundo queremos cuando acabe el eclipse? El mundo que el sol ilumine será el que nosotros hayamos escogido.
Para cuando despida el año de nuevo espero haber, como mínimo, aprobado el examen de acceso a la UNED y ser ya universitario, con lo que sea, el futuro está lleno de posibilidades.
Por ahora yo me despido hasta la próxima entrada. Como siempre Ambulare, Réspice, Memento y que los caminos os sean propicios.
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