miércoles, 10 de junio de 2020

Mi paso por la casa del Ermitaño

Legacy of the Divine Tarot / Gateway to the Divine Tarot by Ciro ...
¡Hola lectores!
Sé que tengo los blogs algo abandonados pero es que me siento un poco Ermitaño y no estoy muy comunicativo. Supongo que soy un lobo que ha decidido que durante la cuarentena prefiere quedarse su madriguera y no hablarle mucho al público.
He llevado bien la cuarentena (o eso pienso yo) aprovechando para hacer esas cosas para las que nunca había tenido tiempo; para estudiar cosas nuevas, leer, meditar, trabajar un poco más en casa, revisar proyectos y hasta abandonar definitivamente los que no quiero hacer y solo me gastaban energía.  Este tipo de épocas sirven también para ver quien de verdad quiere estar en tu vida, quien solo está de forma intermitente, quien no y quien es como los muebles que están en tu casa pero no tienen gran importancia en ella.
No he llevado mal lo de no salir porque ya de por sí, los que me conocéis sabéis que no soy ni muy callejero, ni de socializar; así que para mi no supone ningún sacrificio. Aunque, sí  que es verdad que hay gente a la que si echo de menos en mi vida, a la que me gustaría poder abrazar y con la que querría poder pasear y charlar en persona hasta altas horas de la madrugada gaditana (o Ateniense que también es preciosa).
La vida es sabia y pone a cada uno en su lugar y, a mí, que me considero un eterno estudiante, siempre me está dando lecciones con la mano abierta cuando menos me lo espero. 
Cuando todo esto empezó, yo me preparaba para un nuevo viaje a Cádiz para el que había ahorrado todo el año. Quería ver de nuevo a mis amigos, a mi familia y en general a todas esas personas a las que no había podido ver en un año y en algunos casos hasta dos. Planes, preparativos... que de repente quedaban en nada. Eso rompió mi corazón como pocas cosas podrían haberlo hecho. Se me cayó el alma a los pies…  Es fácil decir adiós cuando  más o menos tienes idea de cuando os veréis de nuevo , pero... ¿Qué pasa si por cosas de la vida ya no hay un luego o queda muy difuso en el tiempo? Yo no sé otras personas, pero yo no puedo.  
Después de hacerme el frio tanto tiempo descubrí cuanto valían las personas a las que pensaba que tendría siempre cerca y con la que tanto me había enfadado por cosas que ahora me parecían vanas. Descubrí que incluso cuando había tenido un problema grande de verdad, quizás yo no lo había llevado de la mejor forma. 
Por eso digo que no llevo mal estar en casa. Llevo mal estar lejos porque eso no es tan fácil de arreglar. La distancia duele tanto como el olvido. En cambio, el encierro me parece algo relativo ya que ninguna prisión puede contener a un alma libre. 
Si a algo me ha enseñado esta cuarentena es cuan equivocado estaba al pensar que no necesitaba a nadie. De repente, he visto cuanta falta me hacen todos, los que están lejos y los que están cerca.
A veces, quizás juzgamos y condenamos demasiado rápido a la gente y tomamos demasiado rápido la decisión de alejarnos. Eso nos hace perdernos momentos importantes que nunca se volverán a repetir de nuevo.

En fin,  que me enredo demasiado y os voy a aburrir… Gracias por seguir leyendo este particular diario mío y, hasta que volvamos a cruzarnos en el camino, me despido: Ambulare, Respice, Memento y que los caminos os sean propicios. 

1 comentario:

  1. Me alegro que este confinamiento te haya hecho ver qué cosas que antes no veía. Mucho animos. Conseguirás tus objetivos.

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